martes, 6 de marzo de 2012

¿Soledad?- ALBERTO E. JUSTO - ASPECTOS DE LA VOCACIÓN EREMÍTICA



Es posible que lo que aprendemos a aceptar en los otros lo llevemos también en el corazón. La alegría por el bien ajeno acabará por dar al sujeto eso que ha sabido descubrir y valorar en otros, con independencia de sí mismo y con generosidad. Por otra parte, con la delicadeza de sus sentimientos, ha pasado más allá de lo aparente y de lo inmediato y superado cualquier vulgaridad egoísta.

Aprender a aceptar es el comienzo de un camino. Y habrá, a cada paso, descubrimientos singulares a raíz de la transparencia de las cosas. El peregrino sabe que su andar es de un valor inmenso. Cada período, cada jornada, cada ocasión, cada vuelta es de inimaginable fecundidad.